lunes, 9 de junio de 2008

Así somos aquí

Es común que cuando tu auto tenga un problema mecánico en la carretera, aparezca algún buen samaritano boricua a auxiliar de forma desinteresada.

Es común, que en cualquier mercado un puertorriqueño deje pasar en la fila de la caja, al cliente que viene detrás con menos artículos.

Es común, que un puertorriqueño de forma espontánea comparta sus alimentos, porque desde chiquititos nos enseñan que la comida no se niega. Nos repiten y aprendemos que: “aquí come to’el mundo, o no come nadie”.

La madre es lo más sagrado para la gran mayoría de los puertorriqueños, así lo evidencian canciones, poemas, leyendas, cuentos, historias, fotos, teatro, cine, todo. Por siglos, la madre ha sido el corazón de la familia puertorriqueña.

Es común que, cuando un boricua siente alegría y orgullo por el triunfo de Puerto Rico y/o algún compatriota, lo exprese con lo que mejor lo identifica: su bandera nacional.

Es común, que cuando un país hermano sufre un desastre, los puertorriqueños se desborden en ayuda de forma espontánea.

Es común, que cuando un puertorriqueño sale por alguna puerta de un lugar público, como un centro comercial, oficina o ascensor, aguante la puerta por algunos segundos, esperando por el que viene.

Es común que cuando una persona estornuda frente a un puertorriqueño, éste le desee “salud”, aunque sea a desconocidos.

Es común que un puertorriqueño trate a una persona adulta y/o desconocida de “USTED”, excepto a amistades y/o familiares cercanos.

Es común, que cuando un puertorriqueño llega o se va de algún lugar donde se está comiendo, desea “buen provecho”, aunque sea a desconocidos.

Tomado del periódico: Primera Hora
Sección: Boricuazo
Lo bonito del boricua

No hay comentarios: