domingo, 26 de abril de 2009

Un día claro pero nublado

¿Una contradicción?
Podría ser.

Hoy hizo un estupendo día, brillante, con una brisa como para volar chiringas, ir al parque o tirarse una siesta bajo un árbol. Pero nada de eso ocurrió. Mi bello día se llenó de malos entendidos, llamadas incompletas y pequeños roces.


Ahora recuerdo que el Zorro le dijo una vez al Principito:

—Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.

—¿Qué es un rito? —inquirió el principito.

—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra..
.


Entonces eso me pasó, era domingo, nuestro domingo y al igual que el zorro yo fui domesticada a esperar su llegada. La espera se prolonga, la tristeza aparece y esa agitada e inquieta felicidad busca otro camino. Cuando somos domesticados corremos el riesgo de llorar a veces... por lo esperado. Puede parecer tonto, cursi, pero así somos cuando hemos dejado que nos domestiquen. Hay días que se esperan con mayor deseo.

Los planes se desploman y la razón comienza la eterna pelea con el corazón. Trato de ser práctica pero me gana el saber que este día ya no se repetirá nunca más. Hoy al ver las noticias los pronósticos indican que la semana estará lluviosa... y para mí doblemente nublada. Así de claro. Simplemente me quedé esperándole con los brazos abiertos, un libro, una película, una sonrisa y un beso sin desempacar...

2 comentarios:

Paolita dijo...

saludos niña y despues de los dias nublados sale el sol

Rocío dijo...

Eso es así linda... eso es así!