Los extraños...
Quisiera escribir de lo que estoy sintiendo estos días, pero es que siquiera puedo dar con las palabras para describirlo.
Se me ha clavado una tristeza lenta, vaga, pero constante... en el pecho.
Extraño su forma peculiar de hablar, sus pies cansados arrastrando sus zapatos, la manera en la que decía mi nombre y sus manos fuertes y firmes.
Lo he admirado durante años, porque veía en su figura todo lo que pensé pudo haber sido mi padre.
Extraño mi suegro, lo extraño porque sin saberlo se fue haciendo una figura paternal para mí, llenaba un poco esa ausencia de mi progenitor y me hizo sentir parte de él. ¿Cómo no llorarlo? ¿cómo no extrañarlo? La casa se ha quedado un poco vacía, pero incluso la casa habla de él.
Me siento doblemente huerfana... a uno porque ya dejo el tren, al otro porque pese a estar en el tren anda en su propio vagón, aislado del resto.
(Del b. lat. orphănus, y este del gr. ὀρφανός).
1. adj. Dicho de una persona de menor edad: A quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre. U. t. c. s.
2. adj. poét. Dicho de una persona: A quien se le han muerto los hijos.
3. adj. Falto de algo, y especialmente de amparo. En aquella ocasión quedó huérfana la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario